Desde guantes de látex hasta monos de protección, a día de hoy existen un sinfín de piezas que pueden ayudarnos a mejorar la eficacia del trabajo de mantenimiento sin dañar en ningún caso nuestra salud. Conoce de primera mano qué tipo de ropa debes utilizar para manejar los productos destinados a la limpieza doméstica o industrial.
En la mayor parte de los casos, este tipo de vestuario es utilizado para cubrir la ropa personal, garantizando una protección segura contra los peligros más habituales derivados de las tareas de limpieza. Son ejemplo de ello las agresiones de tipo mecánico o las lesiones derivadas de los compuestos químicos, cuyos riesgos pueden afectar tanto a nuestro tejido cutáneo como a nuestro sistema respiratorio.
Aunque en ocasiones este tipo de vestuario puede resultar un tanto incómodo e incluso puede llegar a pensarse que perjudica la eficacia de las tareas de limpieza, lo cierto es que para garantizar una buena elección del traje de protección es indispensable que se tengan en cuenta factores como la seguridad y la utilidad.
En la actualidad, la mayor parte de las tareas de limpieza requieren de un trabajo exclusivo llevado a cabo de manera manual, por lo que resulta indispensable que las manos estén protegidas con el uso de guantes especiales. Adaptados a todo tipo de manipulaciones, esta clase de vestuario de limpieza varía su tejido e incluso su resistencia en función del material de higiene con el que se deba trabajar.
Por otro lado, para evitar lesiones derivadas de caídas, resbalones o contusiones, la mayor parte de labores relacionadas con el mantenimiento o la limpieza precisan del uso de botas de protección, cuya rigidez las convierte en un complemento de protección a prueba de cualquier tipo de riesgo. Además, para garantizar que la piel no se vea afectada por la consecución de quemaduras o rozaduras, deben utilizarse monos de seguridad o batas y pantalones especialmente preparados para trabajar con sustancias químicas o herramientas de pulido.