Little Moe emplea un cabezal que emite potentes impulsos de luz ultravioleta, gracias a la cual se ataca directamente el ADN del virus y se consigue su eliminación absoluta. El secreto está en que emite hasta 1,5 pulsos de rayos UV-C, es decir, un tipo de rayos que son bloqueados por la atmósfera y que, por tanto, los virus no están preparados para soportar esta radiación.
Y precisamente debido a la alta intensidad de los pulsos, es imprescindible que cualquier persona abandone la estancia cuando el robot trabaje, ya que la exposición directa podría provocar daños en la piel y los ojos. Aunque también se trata de un tipo de radiación que no atraviesa objetos ni cristales, por lo que no conlleva ningún peligro ni es necesario tomar precauciones añadidas.
Desde Xenex, la empresa que ha diseñado a Little Moe, indican que se trata de una tecnología que ya se ha estado empleando desde hace décadas para desinfectar todo tipo de instalaciones hospitalarias. Sin embargo, este robot es capaz de conseguir la mejor limpieza en menos de cinco minutos –y no en una hora, como tardan los modelos anteriores- gracias a que emplea xenón en vez de mercurio.
Y, aunque su precio puede parecer excesivo –supera los 80.000 euros-, desde la compañía confirman que se lleva trabajando con él desde 2010 y que ofrece todas las garantías de eficacia y seguridad que no pueden presentar otros robots similares, al estar diseñado para eliminar por completo virus que son, incluso, más potentes que el ébola.