Convivir con animales de compañía tiene muchos beneficios para la salud, tanto física como emocional, pero también supone lidiar diariamente con pelos, olores y suciedad procedente de las mascotas.
Mantener limpia la casa cuando se vive con animales es complicado, pero con organización, constancia y estos sencillos consejos podrás conseguir disfrutar de un hogar limpio y libre de olores.
Ganar la batalla contra los pelos es posible
Los dueños de perros y gatos sabrán a qué nos referimos. Sofás y sillones llenos de pelos, pelusas por los rincones…. Es habitual que algunos animales muden el pelo y que en esas épocas la casa se llene de ellos. Incluso aunque no sea época de muda, pueden desprender mucho pelo que se queda «pegado» en la ropa, el edredón y las tapicerías y que se acumula en los rincones del suelo.
Por ello, cuando tenemos mascota en casa hay que habituarse a pasar la aspiradora de manera habitual por el suelo y las tapicerías, si no diariamente, hacerlo casi todos los días. Es también interesante adquirir un cepillo o rodillo que ayuda a desprender aquellos pelos adheridos a la ropa y que acompañan a todos los dueños de animales. Además, si cepillamos al perro o al gato cada día, sobre todo si tiene el pelo largo, evitaremos que esos pelos se queden en la ropa y caigan al suelo; de este modo conseguiremos que haya menos pelos por casa.
Tampoco nos podemos olvidar de los filtros de las máquinas de aire acondicionado, ya que muchos pelos pueden acabar allí. Si los quitamos y los lavamos de vez en cuando reduciremos las posibilidades de que obstruyan el paso del aire.
Reducir la presencia de olores también
Una de las cosas que más notamos cuando entramos en una casa con mascotas es el olor, sobre todo si tenemos perro. Usar ambientadores no hace sino empeorar las cosas. Por eso, para reducir ese intenso aroma es importante que sigamos una serie de rutinas con nuestra mascota. Por ejemplo, podemos bañar a nuestro cánido cada diez o quince días y añadir unas gotitas de vinagre a su champú. Después, habrá que secarlo bien con una toalla limpia y evitar que se acerque a la calle hasta que esté completamente seco.
Del mismo modo, es recomendable que sus juguetes también estén limpios, así como su cama, para que tampoco desprendan olores. Podemos aprovechar el día de su baño para sanear en profundidad sus cosas. Así todo estará limpio y olerá a limpio.
Igualmente, tendremos que limpiar de manera frecuente aquellos lugares en los que pase mayor tiempo para que el olor no se quede adherido a muebles, cortinas o paredes. Por eso, después de pasar la aspiradora podemos pasar la mopa o la fregona. Además de mantener limpio esos espacios reduciremos posibles olores. Y, por supuesto, ventilar bien las distintas estancias de la casa. Esta es una rutina que debemos hacer todos los días, sobre todo si convivimos con animales.
Algunos animales tienen un aliento muy fuerte, por lo que el olor también puede proceder de su boca. Si ello es así, tendremos que llevarlo al veterinario para que examine la higiene bucal, la existencia de problemas alimenticios o de posibles enfermedades, aspectos estos que pueden causar mal aliento.
Siguiendo estas pautas conseguiremos mantener limpio nuestro hogar a pesar de las mascotas.