Finalizado el verano, llega el momento de preparar nuestro hogar para el invierno. El frío hace que pasemos más tiempo en casa, resguardados de las inclemencias meteorológicas propias de esta estación. Antes de que ello suceda, es recomendable que realicemos una limpieza profunda de nuestra casa. De este modo, disfrutaremos más de los días invernales.
Realizar una limpieza profunda
Lo ideal es que organicemos cada estancia de la casa. Podemos aprovechar igualmente para hacer el cambio de armario, sacar la ropa de invierno y guardar las prendas que nos pondremos el verano siguiente. Antes de guardarlas, habrá que lavarlas para eliminar posibles olores en nuestro armario.
También tendremos que limpiar la suciedad de las paredes. Durante los meses de verano, entra mucho polvo por las ventanas, ya que estas permanecen continuamente abiertas. Por ello, tendremos que pasar un trapo seco por las pareces de las habitaciones para eliminar la suciedad acumulada durante el estío. Del mismo modo, es aconsejable que limpiemos las lámparas y quitemos las cortinas. Si tenemos unas cortinas para el verano y otras para el invierno, será este el momento de cambiarlas. Si no, tendremos que limpiar las que tengamos. Con un lavado delicado en agua tibia y detergente neutro será suficiente. Por supuesto, si nuestras cortinas requieren limpieza en seco, tendremos que llevarlas a la tintorería.
Asimismo, antes de que lleguen las primeras lluvias, es recomendable que limpiemos los cristales y las persianas. Podemos emplear agua tibia y jabón neutro o un chorro de amoniaco, que aplicaremos con una bayeta suave para no arañar el cristal.
También habrá que sacar la ropa de cama de invierno. Las finas colchas veraniegas dejarán paso a los edredones y mantas que nos permitirán descansar abrigaditos por las noches. Si tenemos sábanas especiales para el invierno, las sacaremos. Asimismo, lavaremos con agua templada las almohadas y los cojines de nuestra cama, y pasaremos la aspiradora por el colchón.
Es el momento de sacar las alfombras y crear ambientes cálidos y acogedores en las habitaciones, pero sobre todo en salón, estancia donde pasaremos muchas tardes de invierno. Aquí también tendremos que hacer uso de la aspiradora para eliminar el polvo depositado sobre el sofá y los sillones.
No nos podemos olvidar de la cocina y los baños. Los azulejos de estas estancias los limpiaremos con agua tibia y jabón neutro, bicarbonato o un poco de amoniaco. Aprovecharemos también para hacer lo propio con los muebles y dejar la cocina a punto para el invierno.
Preparar nuestra terraza o jardín
Si tenemos terraza o jardín será conveniente que recojamos los muebles y los cubramos con fundas impermeables que los protejan de la lluvia, el viento y la humedad. También es recomendable que verifiquemos el estado del sumidero. Si está lleno de hojas o suciedad, no succionará bien, lo que ocasionará que se acumule agua y que esta pueda entrar en nuestra vivienda.
Por supuesto, tendremos que recoger el toldo, ya que puede deteriorarse si lo tenemos abierto un día de viento. Mejor limpiarlo y recogerlo para evitar que se rompa.
Poner a punto la climatización de nuestro hogar
Antes de que comience a llegar el frío, es conveniente que revisemos el estado de nuestra caldera, así como de los radiadores y que constatemos que funcionan adecuadamente. Asimismo, si tenemos chimenea, es recomendable que realizamos una limpieza antes de que comencemos a usarla. Como habremos hecho una en profundidad después del invierno, será suficiente con que realicemos unas labores de mantenimiento; de este modo, la prepararemos correctamente para el frío.
Una vez hayamos terminado, tendremos la casa lista para disfrutar de ella este invierno.